Se detuvo el tiempo, y me quedé paralizada, sin poder mirar atrás, y sin poder continuar... Se detuvo, sin previo aviso, sin explicación, se congeló y con él las memorias, pensamientos que se agolpan uno a uno en mi mente, imágenes, de lo sucedido, de lo soñado.
Se detuvo, sin piedad, fijo, frío, observandome en silencio, con una sonrisa sarcástica apenas dibujada en su rostro, me miró y me di cuenta de mi fragilidad, de la vulnerabilidad de mis emociones, de la volatilidad de mis sentimientos, y fué entónces cuando quise huír, salir corriendo, y arrojarme a los brazos del viento, quién sin cuestion alguna me abrazaría, acariciaría mi rostro sin esperar ser correspondido, sin pedir explicaciones, sin pedir nada a cambio.
Y es ahí cuando te das cuenta, que la verdadera libertad se encuentra cuando aprendes a disfrutar de tu soledad, donde no hay limitantes, donde nadie pide explicaciones, en donde no existe alguien a quien puedas decepcionar.
Se detuvo el tiempo, y mi corazón junto con él, para burlarse de mi razonamiento, o quizá para hacerme volver, aunque por mi mente nunca ha cruzado la idea de dar marcha atrás, a pesar del dolor, a pesar de la agonía y el sufrimiento, porque siquiera el girar la cabeza para contemplar lo que se ha dejado en el pasado es de cobardes y débiles, quizá ha sido eso lo que hasta hoy me mantuvo en pie.
Me gustan tus momentos de lucidez.
ResponderEliminar:) y seguirán surgiendo mientras haya aliento de vida en mi ser... Gracias!!!
ResponderEliminarSi su marcha es tu inspiración, que por tu mente nunca cruce la idea de marcha atras. Un Saludo.
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