viernes, 5 de agosto de 2011

Conversaciones en voz alta.

Es difícil ignorar todas esas ideas locas que se agolpan en mi cabeza... La razón me abandona constantemente, y es que mi mundo no es ordinario, ni siquiera racional.
Creer en lo que no se ve, tener la certeza de que lo que esperas llegará, sin saber cómo, ni cuando, forman parte de mi diario caminar, esto realmente es emocionante.

Me despierto cada mañana intentando imaginar que es lo que preparaste para mí, y ya sabes que me resulta difícil adivinarlo, pues tu creatividad sobrepasa el alcance de mi mente.

¿Sabes? En muchas ocaciones me siento extraña, hay tantas cosas en las que pienso, todas y cada una de ellas generan una revolución de sentimientos en mi, y justamente cuando todo ese torrente de nada me invade, llegas al rescate y me traes paz, si, como siempre Tú.

Tú... En verdad me sorprende poder mencionarte, poder hablarte, es más poder llamarte y saber que al instante estás, tan incondicional... ¿Cómo tanta perfección puede tener comunión con algo tan imperfecto?

Yo y mis locuras como siempre, tratando de darle cierta lógica, a lo que no lo tiene, en verdad eres tan ilógico, y tan simple. ¿Te has dado cuenta que debido a eso, nosotros lo complicamos todo?

De nuevo me invade la nada, pero aún cuando comienzo a disvariar, me encanta saber, que me escuchas, y que prestas atención aún a las cosas mas sosas en mi... Sí ¡TÚ! Cómo siempre y en todo momento...

¿Podrías hoy abrazarme en silencio una vez más? Sin preguntarme porque la falta de cordura, sin preguntar el porque de la falta de sensatez en esta conversación... Igual que siempre, solo sostenme en el centro de tu mano, y dejame volar alto... Una vez más.

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